MANUAL FORMATIVO. RETIRADA DE ENJAMBRES EN LOS SERVICIOS DE PREVENCIÓN Y EXTINCIÓN DE INCENDIOS Y SALVAMENTO

MANUAL FORMATIVO. RETIRADA DE ENJAMBRES EN LOS SERVICIOS DE PREVENCIÓN Y EXTINCIÓN DE INCENDIOS Y SALVAMENTO 106 La historia clínica orientará acerca del insecto responsable de la picadura: Si el paciente refiere que el insecto al picarle dejó el aguijón, es que se trata de una abeja, en caso contrario es más probable que se trate de un vespido. Dentro del grupo de avispas dependiendo del tamaño del insecto o de la localización del nido se podrá determinar si es polistes o vespula. Debe tenerse en cuenta que las dos especies más comunes de vespidos son la Vespula germánica (sobre todo en el norte de España) y la Polistes dominulus (sobre todo en el área mediterránea). Posteriormente se efectuará el estudio alergológico para demostrar la existencia de anticuerpos IgE específicos frente al veneno de abeja o avispa. El estudio consta de 2 partes: • Pruebas cutáneas. • Pruebas de laboratorio. Las pruebas cutáneas se realizan en el brazo mediante dos técnicas diferentes: técnica de prick y de intradermorreacción. En ambos casos se trata de colocar una cantidad pequeña de veneno en la piel para que se una a la IgE específica que tendrá el paciente alérgico. Se producirá una liberación de sustancias químicas que formarán un habón y enrojecimiento de la zona. Se mide el tamaño de la reacción producida. La diferencia entre una prueba en prick y una intradérmica es que el veneno se deposita en el primer caso sobre la piel, realizando posteriormente una pequeña punción para que penetre una pequeña cantidad y en la prueba intradérmica el veneno se deposita debajo de la capa superficial de la piel, la epidermis, mediante una aguja. Para evitar cualquier reacción en el paciente alérgico se emplean cantidades ínfimas de veneno; las pruebas intradérmicas se suelen comenzar a una dilución de 0,0001 µg/ml de veneno. Las pruebas de laboratorio detectan los anticuerpos IgE frente a veneno de abeja o avispa presentes en la sangre. Las cantidades de anticuerpos IgE que circulan en sangre son tan pequeñas que resultan imposibles de detectar de forma directa. Por ello se han tenido que idear técnicas indirectas que permitan medir esos anticuerpos. Estas técnicas primero tienen que fijar el alérgeno, en este caso el veneno de himenópteros, a un soporte físico (disco de papel, tubo, esponja). El veneno así fijado se pone en contacto con una pequeña cantidad (unos 50µL) de suero del paciente. Si existe IgE frente al veneno ésta quedará fijada al disco. En

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