SEXTO CONCURSO "P´EPIS: TU MIRADA CUENTA"

107 El nuestro es por tanto, un astronauta que en este caso, se ha encontrado con un mundo desconocido, con peligrosísimos cráteres que expulsan pintura, pero que gracias a su traje, su casco y a las medidas de seguridad que ha tomado, ha logrado mantenerse sano y salvo, o si se prefiere; sano y limpio. METODOLOGÍA Una vez asumida la responsabilidad de la participación en la actividad, se dividieron las etapas del proyecto en un calendario que se ajustase a los plazos estipulados. El primer paso, y el más importante, era la toma de conciencia de la temática del concurso, la seguridad y la salud en el trabajo. Después de un proceso de documentación e investigación individual, se pusieron en común las ideas argumentadas de cada alumno. Entre todos se fueron cribando las propuestas, escogiendo los aciertos en los que había consenso y debatiendo aquellos en los que se planteaban puntos de vista diferentes. El primer acuerdo al que llegamos fue la elección de una profesión poco común, atractiva visualmente y admirada por los más pequeños. Un trabajo con un componente fantástico que implicase por sí mismo unas premisas de seguridad estrictas. Y así fue como llegamos a nuestro protagonista: un astronauta, un niño astronauta. Un niño que se imaginase a sí mismo desempeñando esa profesión en un futuro, con la idea interiorizada de la seguridad como valor primordial. Para el casting pedimos la colaboración de una profesora de primaria que nos facilitó el contacto de un alumno que estaba dispuesto a ser el protagonista de nuestra historia. El día de la realización de la fotografía, construimos un traje de seguridad con elementos sencillos: bolsas de plástico, cinta metalizada, tapones, tubos y cajas. Y transformamos una pecera en su casco espacial. Tal y como un niño se construiría su equipo de protección interestelar (epi). Como los peligros a los que está expuesto en el desarrollo de su profesión son, a modo simbólico, explosiones de pintura de colores, tuvimos que caracterizar a nuestro personaje al término de una jornada de trabajo en la que se ha visto expuesto a coloridos chorros que sólo le han afectado a su traje puesto que iba correctamente protegido. Para ubicarlo en un entorno de trabajo adecuado, se hubo de elaborar el diseño de una fotografía en la que se mezclase la imagen real con la imagen digital, la realidad con la ficción. Es de este modo como elegimos un esquema de iluminación suave y equilibrada adecuada para un niño, con toques metálicos que evocaran a películas de ciencia ficción. Una luz que nos permitiese integrarlo en la fase de postproducción en un espacio creado por nosotros que dotara a nuestro protagonista de un entorno de trabajo hostil en el que tiene que protegerse a través de medidas de seguridad para ser un buen profesional.

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