GUÍA DE VIGILANCIA DE LA SALUD EN EL SECTOR PESQUERO

GUIA DE VIGILANCIA DE LA SALUD SECTOR PESQUERO 26 Las salidas diarias al mar permiten a los marineros llevar una vida social y familiar relativamente equilibrada, al contrario que los de altura, que pueden ausentarse del hogar durante meses. PESCA DE ALTURA Y GRAN ALTURA A los efectos de esta guía se han seleccionado aquellas artes que tienen más presencia en las 4 Comunidades Autónomas del Cantábrico Noroeste y que podemos clasificar en: • Palangre: - de superficie (Long line) - de fondo (Pincho, piedra bola) • Cerco de altura (Atuneros) • Arrastre - rampero - en pareja - clásico - tangonero En cuanto a las características de las embarcaciones dedicadas a la pesca de altura, el hecho de que faenen durante días sin regresar a puerto y en caladeros distantes como Gran Sol (Islas Británicas), Hatton Bank (sur de Islandia) o el banco canario-sahariano hace que el incremento en potencia, eslora y tonelaje sea muy importante, existiendo embarcaciones que alcanzan los 1.200 CV de potencia y superan los 30 metros de eslora. Las artes de pesca empleadas son fundamentalmente palangre y arrastre. Las flotas de gran altura las componen grandes embarcaciones que llegan incluso a superar los 100 metros de eslora y los 7.500 CV de potencia, capaces de extraer enormes cantidades de pescado en cada lance. Son “buques factoría”, cerqueros o arrastreros congeladores, con capacidades de pesca, transformación y almacenaje de pescado mucho mayor, en los que se desarrollan procesos productivos más complejos. La principal diferencia entre la pesca de altura y la de gran altura estriba en el hecho de que los buques de esta última pueden faenar en todos los caladeros del mundo, sin limitación de distancias y con la única premisa de poseer licencia para hacerlo. En este último caso, muchas empresas que se dedican a estas artes, pese a ser de capital español y siendo la mayoría de su tripulación de esta nacionalidad, precisan que sus barcos enarbolen el pabellón del país que tiene los derechos de los caladeros donde pescan, por lo que podemos decir que la flota española se compone de buques de bandera propia y de buques de bandera de conveniencia u obligación, necesaria para poder pescar en caladeros cerrados a buques de otras nacionalidades. Entre las especies descargadas destacan abadejo, acedía, atún, besugo, gallo, merluza, bacaladilla, bonito, calamar, lenguado, etc. En estas dos artes de pesca se utiliza una tecnología sofisticada. Los barcos llevan radares para detectar los bancos de peces, y la dirección y velocidad a la cual se desplazan. También llevan sonares para medir la importancia de los bancos detectados, y algunos incluso disponen de medios aéreos para localizar los bancos de peces (helicópteros). La extracción mecánica está generalizada y, como ya se ha indicado, estos barcos son factorías flotantes que tienen capacidad para procesar las capturas, congelarlas, envasarlas y elaborar subproductos. Durante el procesado del pescado, este se limpia, se eviscera y descabeza, y se lamina o se sala en función del destino comercial. Si el destino es para producto congelado, los procesos son algo más complejos, dependiendo de si son barcos factorías, con troceado, fileteado, etc., o solamente congelado, para lo que disponen de instalaciones frigoríficas a fin de conservar el pescado a bordo en perfectas condiciones. En cualquier caso, aunque los procesos de trabajo suelen estar bastante mecanizados, la intervención manual es siempre previa. La permanencia durante largos periodos en caladeros lejanos, con trabajadores de nacionalidades diversas y en países donde pueden existir enfermedades endémicas, añade a los riesgos asociados a la peligrosidad de las técnicas de pesca y a los ligados a las condiciones climáticas, los riesgos psicosociales. Entre estos últimos los más destacables son los vinculados con las relaciones personales dentro del barco o los derivados del alejamiento de la familia durante largos periodos, sin olvidar los ataques de piratas de los que han sido objeto algunos buques que faenan en las costas del océano Índico. MARISQUEO A PIE, REDERAS, NESKATILLAS Y EMPACADORAS El sector pesquero, además de incluir a personas que realizan su trabajo a bordo de barcos, engloba también a otras que no precisan embarcar. Éstas forman parte de diversos colectivos: unos dedicados a realizar actividades vinculadas a las tareas que se realizan en los buques, tales como la descarga del pescado, su procesamiento y comercialización, la reparación y fabricación de redes, y la gestión en las cofradías que los representan y otros, ocupados en actividades de marisqueo o acuicultura. Estos colectivos, a diferencia de los que realizan su trabajo embarcados, tienen en común el estar constituidos mayoritariamente por mujeres, que suelen ser trabajadoras autónomas, manteniéndose la misma división de tareas que tradicionalmente se producía en función del género, circunstancia que no ha cambiado a pesar de la progresiva regularización de su situación laboral. La falta de organización y participación, la escasa presencia femenina en los órganos de representación, el pobre reconocimiento profesional y el intrusismo en el sector dificultan también el reconocimiento de estos colectivos ante la administración. Del mismo modo, estos factores complican la identificación de las enfermedades profesionales en relación a los riesgos de su actividad laboral, en particular de los derivados de la carga física asociada al

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